Niños en época de confinamiento. ¿Cómo manejar la información?
Los niños son una población vulnerable en este tipo de situaciones, en las que el estado de alerta colectivo puede aumentar los factores estresantes en el hogar. Sin embargo, somos nosotros los adultos, quienes tenemos en nuestras manos la posibilidad de reducir este riesgo, beneficiando su desarrollo psicológico. A continuación, veremos algunas claves para el manejo de la información con los niños en tiempo de covid-19.
1- Es normal que los niños sientan miedo frente a esta situación: Aun cuando están en silencio y aparentemente aislados del mundo adulto, la verdad es que los niños perciben el mundo que les rodea. Es totalmente normal que sientan miedo e incertidumbre frente a un fenómeno que no entienden y que genera angustia en los adultos. 2- Es adecuado contarles lo que sucede: Es recomendable hablar con los niños sobre lo que está pasando, ser honesto con ellos, y evitar a toda costa la negación. Podemos explicarles que una pandemia es una enfermedad que puede afectar a muchas personas, y que lo más importante es que nos cuidemos entre todos; si bien el cuidado higiénico es fundamental, debemos hacer énfasis en el cuidado de las relaciones humanas, explicando muy bien en qué consiste la dinámica del contagio. De esta forma evitaremos que malinterpreten la prevención del contagio con una forma de rechazo social, emocional o afectivo que podría afectarlos a ellos mismos o a otros.
El niño debe comprender que no es una persona “infectada” que tiene algo “horrible”, sino que es un protector de los demás, y que por ello debe tener algunas medidas de precaución, especialmente con sus padres, tíos y abuelos.3- No es bueno darles información inadecuada: No debemos exponer a los niños a información que sea demasiado abstracta para ellos, o que se exprese de forma alarmista o sensacionalista, como es el caso de algunos noticieros o redes sociales. Los niños pueden malinterpretar este contenido con facilidad y amplificar los miedos y angustias que han cultivado en otros contextos como el miedo a la oscuridad, a los truenos, a estar enfermos, o los problemas de los padres, a la muerte, etc. Esto perturba su crecimiento emocional y les impide el desarrollo de la empatía por otros, ya que están enfocados en lidiar con sus propios miedos. 4- Hay que informarlos de acuerdo a su edad: Ante todo hay que ser absolutamente honestos con ellos sin sembrar temor en sus mentes. Si el niño tiene 6 años o menos, el mejor canal de comunicación será el juego con muñecos y personajes, o el dibujo. Es importante que el adulto pueda construir situaciones sencillas que permitan ejemplificar la realidad para hacerle entender al niño lo que ocurre. Si el niño es mayor de 6 años se puede establecer un diálogo tranquilo y honesto cara a cara, en el que se le explique de forma simple lo que ocurre y abra un espacio amable para preguntas (algunas de ellas pueden estar rondando su mente, pero no se ha atrevido a preguntar). 5- ¿Y si el adulto no sabe la respuesta? No hay problema con ser honestos y en ocasiones tener que decir: “No sé la respuesta a lo que me preguntas”. Los niños pueden comprender también cuando los adultos no sabemos algo o no podemos responder ciertas preguntas, ya que es un estado al que ellos se ven expuestos constantemente. De hecho, cuando un adulto reconoce que no sabe con toda honestidad, abre la puerta al desarrollo de la empatía de parte del niño, le facilita ver la cara más humana y sensible de los adultos conectando con sus emociones. Le permite aproximarse a sus cuidadores desde un lugar distinto al de los regaños o el cumplimiento de normas. En definitiva, es fundamental que los niños entiendan que debemos cuidarnos entre todos, que está en nuestras manos ayudar a otros y que lo podemos hacer si trabajamos en equipo. Si tienes alguna otra sugerencia o quieres compartir tu experiencia escríbenos.