La mayoría de trabajadores remotos, estudiantes de postgrado, jóvenes en busca de nuevos rumbos y familias recién establecidas en el extranjero empiezan a enfrentar una serie de retos emocionales; es común escuchar en sus relatos que se sienten desorientados, estancados o sin norte, sin poder encontrar una salida.

Así mismo vemos matrimonios jóvenes que enfrentan dificultades de pareja o retos en la crianza de sus hijos, y no saben cómo sortearlas en medio del encierro, la distancia cultural y los retos de la vida laboral. También encontramos aquellos trabajadores remotos que no logran establecerse en un lugar fijo y enfrentan el reto de la soledad,  lo efímero del viaje sin retorno o la inestabilidad afectiva.

Igualmente encontramos aquellos que se encuentran frente a una pérdida amorosa inesperada o la muerte de un ser querido, con el deseo de sanar heridas y labrarse un nuevo camino ya en el extranjero.