Llegar a un nuevo país, a un lugar que soñamos ampliamente, donde nos acercamos a materializar un proyecto o donde sentimos que las oportunidades de bienestar se aumentan, es en pocas palabras un nuevo inicio. Puedes llevar contigo algunos elementos que te ayuden en ese comienzo, pero muchos otros se quedan en tu lugar de origen; quizá uno de esos aspectos que más cuesta no poder “llevarse”, son las personas que te apoyan y soportan en momentos difíciles.
Un nuevo lugar implica un desafío en múltiples aspectos. Los cambios en las dinámicas culturales, en las comidas, las estaciones u otros más complejos como los trámites migratorios, lugar de residencia o con quien compartir las festividades.
Los seres humanos somos seres sociales. A lo largo de nuestra vida nos definimos a partir de las relaciones que construimos, de la forma en que hacemos parte de esos sistemas relacionales. Cuando vivimos situaciones demandantes acudimos a muchas de esas personas con quienes hemos establecido relaciones significativas, así sentimos que esas dificultades no pesan tanto, nos sentimos en compañía.
En tu lugar de origen ha establecido relaciones significativas con diversas personas, que te apoyan en diferentes situaciones. Por ejemplo, si se avería el motor de tu carro o te varas a mitad de una avenida, podrías llamar a tu padre o tu amigo que conoce al mejor mecánico; si requieres apoyo en un trámite o que te reciban un paquete, llamas a tu madre o a tu hermana; o en aquellos momentos en los que sientes que no puedes más y que las ideas se arremolinan en tu mente, te reúnes con tu mejor amiga(o) para tomar un café.
Todas estas personas configuran una red de apoyo, a quienes acudes dependiendo de las particularidades de la situación difícil que vivas, y esas diversas personas tejen una red que te soporta.
CUANDO MIGRAS A UN NUEVO PAÍS
Cuando migras a un nuevo país, esa red de apoyo parece romperse dados los miles de kilómetros que los separan. Tu amigo ya no conoce un buen mecánico en la nueva ciudad que habitas, no tienes quien te prepare una bebida caliente al finalizar el día o es extraño hablar con tu mejor amiga por video llamada.
Te empiezas a sentir solo(a). Pero en ese nuevo lugar de residencia, en ese nuevo país, ¿hay otras personas con las que compartes esa sensación de desarraigo? ¿hay otras personas a las que les interesa tu bienestar? ¿hay una comunidad a la que podrías acudir si necesitas una recomendación en un trámite?.
NUEVAS CIUDAD NUEVAS RELACIONES
Al hacerte parte de una nueva ciudad, empiezas a hacerte parte de las relaciones de las personas que la habitan, empiezas a conocer a otros migrantes, personas que recomiendan un mercado con esos productos que te agradan o que te recuerda a tu ciudad de origen o personas que te invitan a compartir con ellos navidad. Así empiezas a establecer vínculos. Estos vínculos podrían hacer parte de una nueva red de apoyo, una en tu país actual de residencia.
Es importante resaltar que con ello no se buscaría reemplazar a esa familia o a esas personas significativas en tu país de origen, no habrán personas que reemplacen a otras, precisamente construirás nuevas relaciones, será una nueva red, que incluso podría complementar y extender aquella red de la que has hecho parte desde tus primeros años de vida.
De esta forma, la nueva construcción de red de apoyo implicará la resignificación de la relación con esos seres queridos que permanecen en tu país de origen, definirás nuevas rutinas de comunicación, establecerás nuevas formas de estar presente en las fechas especiales y de estar presente ante las necesidades emocionales, aunque en aquellas de apoyo físico ya no puedas estar presente. Pero a su vez, tu nuevo lugar de residencia, requerirá que asumas una postura de observación, desde la cual puedas notar con quienes sientes comodidad para conversar de tus emociones entorno a los cambios culturales, a quienes les puedes preguntar acerca de las formas más efectivas para realizar un trámite que no sabías que debías hacer o a quienes podrías invitar a tu cena de cumpleaños.
Dependiendo del tiempo de residencia, esa red puede tener diversos grados de configuración y podrás mantener esa postura de observación para continuar fortaleciéndola.
Si durante la lectura de este texto experimentaste una sensación de soledad o crees que te cuesta identificar personas con las que potencialmente se construya una red de apoyo relevante, este artículo es una invitación para que puedas abordar esos factores desde un proceso de acompañamiento terapéutico. Si quieres saber más sobre nosotros, explora nuestro servicio de Terapia Psicológica Online en Español